Reivindicamos el Teatro en su concepción primigenia como un rito que sobrepasa lo cotidiano para llevarnos a asomarnos al abismo del Misterio;  a través de lo visible e invisible de todo lo humano.

Un puente entre la inmensidad de lo que no sabemos y las falsas construcciones mentales a las que nos aferramos para no marearnos, entre nuestros sentires llenos de vilezas y nuestros tesoros ocultos de los que renegamos, entre el miedo a la aventura que tiene algo de desintegración y el aburrimiento coloreado para vivir en los fardos caducos, con el ego abultado. Entre el engaño, la ignorancia, el ocio, el pasar el tiempo y la vida poética que se nos va escapando.

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Un teatro enamorado de todo lo humano, sus pasiones, sufrimientos, estupideces, crueldades, soberbias, ridiculeces, su humor, su compasión, su curiosidad, su entrega, y como a veces todo ello es traspasado por la fuerza del amor, que rompiendo sus barreras lo lleva al mundo de la poética y de allí a su propio misterio.

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Las herramientas: el trabajo, la entrega a la transformación, el coraje, la renuncia, la alegría, el compromiso, la honestidad interna, la voluntad espoleada, el estudio,  la inspiración, el desarrollo del amor, la energía dispuesta y por último desaparecer en la obra.

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                                                                                Gladys Balaguer